“Es innegable que los seres humanos
-¿cuántos, por qué motivos?- son capaces de llegar al altruismo, de mostrar compasión activa, de sacrificarse hasta la muerte. Hay hombres y mujeres poseídos mental y físicamente por la empatía hacia los otros, por el amor hacia la humanidad enferma, por una luminosa sed de justicia. Cada noche del año, hay personas que sirven en centros geriátricos, que cuidan, que alivian al incontinente, al postrado, al trastornado. Niños atrozmente disminuidos y sin esperanza de normalidad son atendidos, son vehementemente amados por personas que ni siquiera son sus parientes. Unos cuantos -¿media docena entre seis millones?- ocuparon el lugar destinado a otros en los hornos crematorios. En cualquier época, la suma de humanidad diaria, de amor, puede ser considerable y, con frecuencia, anónima.
Por otro lado, las posibilidades de maldad, los actos de maldad, parecen eternamente ilimitados. La crueldad física y mental a que sometemos a nuestros parientes más próximos, el abuso, ocasional o sistemático de mujeres y niños, el tormento y vejación de los animales inundan la existencia de un hedor insoportable. Los mecanismos psicológicos, los impulsos miméticos, ampliamente estudiados pero poco comprendidos, pueden provocar en individuos de otro modo normales ataques de profundo sadismo. Y éstos pueden llegar a ser habituales. Las matanzas y la tortura, la abyección de nuestros semejantes pueden convertirse rápidamente en una afición adquirida. Aun cuando no pesara sobre ellos ninguna amenaza en el caso de negarse o abstenerse, un gran número de hombres y mujeres alemanes se transformó en bestias e inventaron por propia iniciativa y cuando la guerra estaba declaradamente perdida nuevos métodos de burla y de tortura a sus víctimas judías. Tampoco hay muchas pruebas de que otras naciones o comunidades étnicas actuasen de un modo distinto en un contexto similar de denuncia colectiva”.
George Steiner, Errata, el examen de una vida.
Esta cita me encontró hoy, día que se conmemora el 65 aniversario de la liberación del campo de exterminio de Auschwitz. ¿Y qué de los riesgos del discurso político del Holocausto para justificar la política actual de Israel?
miércoles, 27 de enero de 2010
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