Instrucciones: Se deslíen las palabras y la información en un mar de subjetividad. Se acompañe la deconstrucción con curiosidad y ansias de modificar el orden simbólico. Se interprete con suspicacia, sentido metafórico y rechazo a la violencia patriarcal y la misoginia el enfoque de las noticias publicadas. Último paso: se reivindique una lectura crítica. En eso consiste desleír el periódico.
El Mundo es el prototipo de periódico en el que las noticias de violencia de género aparecen publicadas con el estilo de los pasquines policíacos sensacionalistas. Sus titulares apelan al morbo, de eso se trata en la era del crimen sexual, mostrar la información como una parte indisoluble de la fascinación que existe en el imaginario patriarcal (tomo este término de la filósofa Celia Amorós) por la violencia que los hombres ejercen contra las mujeres.
El jueves de la semana pasada se destacó en la portada de su versión electrónica: “30.000 condones antiviolación para evitar agresiones sexuales durante el Mundial”. El dispositivo fue inventado por una médica, Sonner Ehlers, quien pretende distribuir esa cantidad de unidades en el próximo Mundial de Fútbol que se celebrará dentro de unos meses en Sudáfrica. Nótese, según lo que nos dice la noticia, que el problema está en el cuerpo de las mujeres y no en los violadores, que la médica probablemente odie a los hombres y no los hombres que violan a las mujeres. Y también, ¡cuidado con las mujeres que puedan usar el artilugio para vengarse de sus ex parejas! ¿No sería más fácil implementar campañas de prevención de la violación a nivel masivo y que las fuerzas de seguridad pública se ocuparan de perseguir a los violadores? ¿No tendría la FIFA, una entidad poderosa y mediática del deporte más venerado en el planeta, la obligación de realizar campañas de sensibilización entre los hombres, que cuestionen y condenen la virilidad masculina aniquiladora? Según un estudio realizado por el Consejo de Investigación Médica de Sudáfrica, uno de cada cuatro hombres reconoce haber perpetrado una violación en su vida. El presidente de dicho país, Jacob Zuma, ferviente polígamo, acaba de contraer nupcias por quinta vez. ¿No será él un buen ejemplo de esa virilidad masculina aniquiladora? Parece que ya está buscando la sexta esposa.
En las noticias los límites del enfoque están enmarcados por la subjetividad. Las y los periodistas no podemos escribir, resultado de la estructuración de nuestro lenguaje, sin exponer nuestra subjetividad. La información objetiva no existe. Lo que existe es la narración, la crónica de un testigo, la numeración de hechos acaecidos mediados por una interpretación, una selección de lo clasificable y lo descartable. Escribimos y leemos desde nuestro propio orden simbólico. La cosificación, la misoginia y el terrorismo sexual desplegado por los grandes medios de comunicación, responden a ese imaginario patriarcal que pretende reafirmar la dominación masculina como inexorable. ¿Y si inventamos estrategias para frenar la incitación a la fascinación colectiva por el crimen sexual?
martes, 20 de abril de 2010
Desleír el periódico/El peligro de ser mujer
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