Deslío los periódicos cada mañana y siempre encuentro la noticia que me hace disfrutar el absurdo. No sé qué le pasa a Stephen Hawking, dice estar convencido de que existen los extraterrestres y que los humanos nos tenemos que cuidar de ellos. ¿No será al revés? Considera que si los alienígenas visitaran la tierra sería como cuando Cristóbal Colón llegó a América. ¿De verdad creerá que hubo un encuentro de dos mundos con la conquista española?
Los últimos días han aparecido en el mundo terrícola de España varias noticias de violencia de género con cobertura de reportaje. Ayer, por ejemplo, El País publicó “La tragedia de las niñas-novias”. En Yemen, una media de ocho niñas muere cada día como consecuencia de matrimonios prematuros. En este caso, el feminicidio infantil está tolerado y permitido por el Estado.
El domingo pasado El País publicó “Lobos entre corderos”, sobre curas pederastas españoles. Está bien documentado el reportaje pero no me gustó que se abusara del espacio que le dan a uno de los victimarios, Martín de la Peña, maestro del cinismo y se insistiera en el silencio de la víctima, que no quiso hablar, situación lógica en este tipo de casos. Al final, la mayoría de las veces el enfoque de estas noticias acaba revictimizando a las víctimas. ¿Por qué no incluir la opinión de especialistas sobre este tema, psicólogos/as, sociólogos/as? ¿Por qué no hacer referencia a políticas o medidas de prevención de la ciudadanía ante este tipo de perversos, que si encima tiene sotana o vienen bendecidos por la cruz, gozan de mayor impunidad y libertad para cometer sus tropelías? Tampoco me gusta el título, es una reafirmación de la condición de victimario y víctima, como si la existencia y accionar de uno fuera motivado o reforzado por la conducta del otro u otra. El reportaje no muestra la luz al final del túnel, necesitamos que los medios de comunicación empiecen a incluir la perspectiva de género en su manera de abordar la información. Sino, ¿cómo desmontamos el patriarcado, los abusos de poder y el paradigma de la dominación?
Me molesta y es un malestar de todos los días, que la violencia patriarcal se muestre como un espectáculo, para regocijo de los periódicos y publicaciones de internet que lucran con el subidón en el número de visitas. Son tantos los videos disponibles con grabaciones reales de asesinatos, apaleamientos, golpes…Estoy convencida de que los medios de comunicación son la gasolina de la era del crimen sexual a la que se refiere Jane Caputi y fomentan y promueven dicha violencia. El viernes pasado, El Mundo subió a portada el video de un interrogatorio a narcotraficantes mexicanos, previo a una ejecución. Dos horas después la noticia figuraba entre las más leídas. El País, a los ocho de la tarde de ese mismo día, también la incluyó en su portada. Si la audiencia pide ejecuciones en portada, pues hay que ponérselas para que se entretengan.
Los últimos días han aparecido en el mundo terrícola de España varias noticias de violencia de género con cobertura de reportaje. Ayer, por ejemplo, El País publicó “La tragedia de las niñas-novias”. En Yemen, una media de ocho niñas muere cada día como consecuencia de matrimonios prematuros. En este caso, el feminicidio infantil está tolerado y permitido por el Estado.
El domingo pasado El País publicó “Lobos entre corderos”, sobre curas pederastas españoles. Está bien documentado el reportaje pero no me gustó que se abusara del espacio que le dan a uno de los victimarios, Martín de la Peña, maestro del cinismo y se insistiera en el silencio de la víctima, que no quiso hablar, situación lógica en este tipo de casos. Al final, la mayoría de las veces el enfoque de estas noticias acaba revictimizando a las víctimas. ¿Por qué no incluir la opinión de especialistas sobre este tema, psicólogos/as, sociólogos/as? ¿Por qué no hacer referencia a políticas o medidas de prevención de la ciudadanía ante este tipo de perversos, que si encima tiene sotana o vienen bendecidos por la cruz, gozan de mayor impunidad y libertad para cometer sus tropelías? Tampoco me gusta el título, es una reafirmación de la condición de victimario y víctima, como si la existencia y accionar de uno fuera motivado o reforzado por la conducta del otro u otra. El reportaje no muestra la luz al final del túnel, necesitamos que los medios de comunicación empiecen a incluir la perspectiva de género en su manera de abordar la información. Sino, ¿cómo desmontamos el patriarcado, los abusos de poder y el paradigma de la dominación?
Me molesta y es un malestar de todos los días, que la violencia patriarcal se muestre como un espectáculo, para regocijo de los periódicos y publicaciones de internet que lucran con el subidón en el número de visitas. Son tantos los videos disponibles con grabaciones reales de asesinatos, apaleamientos, golpes…Estoy convencida de que los medios de comunicación son la gasolina de la era del crimen sexual a la que se refiere Jane Caputi y fomentan y promueven dicha violencia. El viernes pasado, El Mundo subió a portada el video de un interrogatorio a narcotraficantes mexicanos, previo a una ejecución. Dos horas después la noticia figuraba entre las más leídas. El País, a los ocho de la tarde de ese mismo día, también la incluyó en su portada. Si la audiencia pide ejecuciones en portada, pues hay que ponérselas para que se entretengan.
Por estos días también asistimos en España a la manifestación de sus héroes, ellos representan la idolatría de dos tipos de públicos. José Tomás, atado a Tánatos y esa pulsión hacia la muerte que excita a su coro de incondicionales. En las antípodas está Edurne Pasaban, acaba de felicitar a Oh Eun Sun, la coreana ha ganado la pulseada y se ha convertido en la primera mujer en haber escalado los 14 ochomiles, las cumbres más altas de la tierra. No importa, mañana o pasado Edurne habrá conseguido el mismo objetivo. Tal y como estuvo planteada la competición, haber alcanzado los 14 ochomiles siempre estará asociado a las dos montañistas. Cuánta diferencia hay en la manera que se enfrentan a su propia humanidad un torero y una montañista. Cosas del mundo terrestre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario